En medio del reciente aumento de precios del crudo, impulsado por las tensiones en Medio Oriente, expertos coinciden en que Chile ha reducido su dependencia del petróleo. Según datos actualizados del Banco Central, el peso del petróleo en la matriz energética chilena ha disminuido significativamente. En 2003, representaba el 30% de las importaciones totales del país, pero ahora solo representa el 10%.
El aumento de los precios del petróleo ha sido un tema recurrente en la economía global, especialmente tras el ataque con misiles de Irán en Israel, lo que generó temores sobre represalias en las instalaciones petroleras del Medio Oriente. El precio del crudo Brent alcanzó temporalmente los 90 dólares por barril esta semana, impulsado también por el aumento de la demanda debido al huracán Milton en Florida, Estados Unidos.
Sin embargo, los analistas destacan que esta vez existen factores que mitigan un escenario de crisis similar al de años anteriores. El aumento de la oferta de crudo fuera de la OPEP, liderado por Estados Unidos, ha generado excedentes significativos. Hoy, gracias a la tecnología de fracturación hidráulica y el shale oil, Estados Unidos es el mayor productor de petróleo, con más de 13 millones de barriles diarios, lo que contribuye a cubrir la demanda global y a evitar situaciones críticas.
Además, la Agencia Internacional de Energía proyecta que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo alcanzará su punto máximo en 2030, comenzando a disminuir posteriormente debido a la masificación de tecnologías energéticas limpias.
Influencia decreciente en Chile
En Chile, la reducción de la dependencia del petróleo ya es evidente. Un estudio del Banco Central de 2018 señaló que la incidencia del petróleo en la producción nacional ha disminuido notablemente. El sector del transporte, uno de los principales consumidores de combustible, ha reducido su uso de petróleo desde un 35% en 2008 a un 30% en 2021.
Además, la participación del petróleo en la generación eléctrica ha caído considerablemente, siendo reemplazado por energías renovables no convencionales (ERNC), las cuales alcanzaron un 34% de participación en la matriz energética en 2023. En 2008, la participación del petróleo y el diésel en los sistemas eléctricos SIC y SING era del 5,3%, pero para 2023 bajó al 1,5%.
El dato más revelador es el de las importaciones de petróleo. Mientras que en 2003 representaban el 30% de las importaciones totales, para 2023 solo representan el 10%, según los últimos datos del Banco Central.
Opiniones de expertos
Sergio Lehmann, economista jefe del BCI, afirma que “la mayor eficiencia en el uso de la energía ha reducido la exposición de Chile y el mundo a las fluctuaciones de los precios del petróleo”. Destaca también la diversificación de la matriz energética chilena, con un peso mucho menor de las centrales termoeléctricas dependientes de combustibles fósiles, lo que deja al país en una mejor posición frente a las alzas del petróleo.
Por su parte, Michèle Labbé, economista de la Universidad San Sebastián, coincide en que la influencia del petróleo ha disminuido, aunque advierte que sigue siendo un factor clave. Labbé subraya que Estados Unidos, gracias a la tecnología del fracking, ha estabilizado los precios del crudo y que los costos de extracción han disminuido gracias a los avances tecnológicos.
Finalmente, Juan Ortiz, investigador de la Universidad Diego Portales, señala que el avance de la electromovilidad es un factor clave para reducir la dependencia del petróleo. A medida que crece el uso de vehículos eléctricos, la incidencia del petróleo en el transporte disminuirá, especialmente en el transporte de carga y pasajeros. Ortiz destaca que la transición energética mundial hacia fuentes renovables sigue avanzando, lo que seguirá reduciendo la relevancia del petróleo en la economía.
En resumen, aunque el petróleo sigue siendo un recurso importante, su influencia en la economía chilena y mundial ha disminuido considerablemente, en gran parte gracias a los avances tecnológicos y la adopción de energías renovables. (Fuente Pulso, de la Tercera, con aportes de ChatGPT)