La presentación del Cybercab y el Robovan de Tesla, el 10 de octubre de 2024, destacó la ambiciosa visión de la compañía para el futuro del transporte autónomo. Elon Musk describió estos vehículos como el próximo paso en la individualización del transporte público, con un modelo de robotaxi diseñado para ser accesible a todos a un costo inferior a los $30,000
Sin embargo, la promesa de lanzar estos vehículos antes de 2027 genera dudas, especialmente dado que Musk previamente anunció que Tesla tendría una flota de un millón de robotaxis para 2020, algo que no se cumplió.
Uno de los aspectos más innovadores de la presentación fue la afirmación de que los robotaxis de Tesla no necesitarán radares ni LIDAR, ya que confiarán exclusivamente en cámaras y la tecnología Full-Self Driving (FSD). Según Musk, esto permitirá que los costos de estos vehículos sean significativamente más bajos que los de sus competidores, como Waymo, cuya flota de taxis autónomos en Estados Unidos depende de hardware costoso. A pesar de esta promesa, el camino hacia la expansión global es incierto. Waymo, Cruise y otras empresas ya operan en ciudades clave como Los Ángeles y San Francisco, mientras que Tesla todavía enfrenta importantes retos tecnológicos y regulatorios.
Además, los inversores no se sintieron del todo convencidos con los pocos detalles técnicos proporcionados en el evento, lo que provocó una caída del 9% en las acciones de Tesla. Los competidores ya han invertido millas de millones en el desarrollo de taxis autónomos y han lanzado programas piloto en varias ciudades, lo que deja a Tesla en una posición competitiva compleja.
Desde una perspectiva crítica, el sueño de Musk de un futuro lleno de robots autónomos enfrenta no solo desafíos tecnológicos, sino también regulatorios y logísticos. Mientras que Tesla confía en que su red neuronal ofrecerá una solución más barata y flexible, la dependencia exclusiva de cámaras para la navegación autónoma genera dudas entre los reguladores y los expertos en seguridad. Los accidentes recientes con vehículos autónomos, como los de Cruise, podrían influir negativamente en la confianza del público y las autoridades.
En resumen, aunque la visión de Tesla es ambiciosa y podría redefinir el transporte a largo plazo, la compañía aún enfrenta una dura competencia de otras empresas con años de ventaja en el mercado y tecnología probada. Para que Tesla tenga éxito, no deberá solo superar estos obstáculos, sino también convencer a los reguladores y al público de la seguridad y viabilidad de su enfoque.